jueves, 26 de marzo de 2009

DIFERENCIAS DE GENERO EN LOS ESTILOS DE LIDERAZGO



por Lic. Graciela Illana
Los Estilos de liderazgo son entendidos como patrones relativamente estables de conductas desplegadas por quienes son considerados líderes.
Estos patrones son considerados factores determinantes para el liderazgo afectivo, si éstos estilos no coinciden con lo esperado para cada género, es probable que la gente no considere a las mujeres aptas para ocupar cargos de liderazgo.
Estudios llevados a cabo en la Universidad de Palermo arribaron a las siguientes conclusiones: por un lado que las mujeres líderes son menos autoritarias, mas colaboradoras y mas orientadas a elevar la autoestima de sus subordinados respecto de sus colegas masculinos (Helgesen, 1990; Rosener, 1995), por otro lado hay investigadores de las Ciencias Sociales que sugieren que no existen tales diferencias.
Uno de los enfoques mas desarrollados e investigados es el propuesto por Bass (1985): el enfoque transformacional. Basándose en la idea original de Burns (1978), desarrolló un modelo que propone tres estilos de liderazgo diferentes: Transformacional, Transaccional y Laissez Faire.
Los estudios llevados a cabo teniendo en cuenta éste enfoque muestran que con el estilo transformacional se obtienen niveles mas elevados de rendimiento y satisfacción por parte de los seguidores que con el transaccional.
En términos generales la mayoría de los estudios muestran diferencias entre hombres y mujeres no demasiado significativas, pero importantes de tener en cuenta. Según éstos datos las mujeres estarían mas orientadas a un estilo transformacional respecto de los hombres.
Las mujeres se destacaron especialmente en la característica Carisma. Asimismo las mujeres obtuvieron mejores resultados en la dimensión Recompensa Contingente correspondiente al liderazgo transaccional.
Cabe aclarar la distinción entre ambos tipos de liderazgo: el transaccional ejecutado mas por los hombres, se caracteriza pos la motivación a los subordinados por medio de la compensación de su alto desempeño y reprimiendo su bajo desempeño.
El liderazgo transformacional, mas usado por las mujeres se caracteriza por el carisma, capacidad de entusiasmar, de transmitir confianza y respeto, prestar atención a cada miembro y aconsejarlo, hacen hincapié en la inteligencia para la solución de problemas y aumentan el optimismo.
Para concluir, no existen diferencias muy significativas a la hora de liderar entre los hombres y las mujeres, tal vez habría que encontrar el tipo de organización que calce justo a la medida de hombres y mujeres. Sin embargo, liderar, conducir, direccionar según género serán motivo de discusión, por mucho tiempo, entre hombres, mujeres, psicólogos y sociólogos.

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Durante la década del 50 y 60 los grandes empresarios de todo el mundo se dedicaron exclusivamente a “blanquear” o legitimar su dinero mal habido a través de sociedades anónimas, empresas multinacionales y otros tantos tipos de conglomerados empresariales tan confusos como laberinticos. Basta con recordar el caso del magnate británico Robert Maxwell quien consolido su imperio a través de ganancias generadas por negocios con la mafia rusa e israelí, sumándole a esto la adquisición de un club de futbol (“La Historia de Robert Maxwell de Gordon Thomas” – 2002). El tiempo cambiaria la herramienta pero no el fin; las telarañas empresariales serian reemplazadas por los clubes de futbol.
Actualmente, la legislación británica brinda un paraíso fiscal para empresas e inversores extranjeros que quieran multiplicar, esconder o legitimar su dinero; con la notable contribución de las disposiciones legales para los clubes de aquellas islas. No se trata de mostrar a los clubes-sociedades anónimas como monstruos crueles, hambrientos e insaciables, porque no lo son. Al menos no del todo. Lo que intenta este humilde periodista es recurrir al análisis y sentido común para entender los orígenes de los fondos que sostienen a algunos clubes ingleses y sobre las rutas que toman las divisas hasta llegar al mercado del futbol.
A modo de ejemplo, se utilizara al Manchester City Football Club. Este se trata de un equipo de nivel medio, más acostumbrado a desempeñarse en las divisionales del ascenso ingles que en los estratos superiores de la Premier League; por eso, resulta por lo menos llamativo, la adquisición de este club por parte de un grupo económico de Emirato Árabes Unidos (EAU) encabezado por el jeque Mansour Bin Zayed Al Nahayan.
Al Nahayan es uno de los hijos del difunto Zayed Bin Sultan Al Nahayan y miembro de la familia real de Abu Dhabi en los EAU, poseedor de la mayor refinería de petróleo de aquel país y del palacio real valuado en 1.000 millones de libras esterlinas, además de ser el presidente de la International Petroleum Investment Company y de la Autoridad de Carreras de Caballos de EAU. Vale la pena aclarar que este jeque está casado con la hija del jeque Mohammed Bin Rashid Al – Maktoum, vicepresidente y Primer Ministro de los EAU y gobernante de Dubai. En setiembre de 2.008, el jeque Mansour Bin Zayed Al Nahayan, a través de Abu Dhabi United Group, otra de sus empresas, adquirió el Manchester City por 370 millones de dólares. Al igual que Chelsea, Liverpool y Tottenham, el equipo de Manchester pasó a funcionar como una enorme maquinaria de lavado de dinero a nivel mundial.
No obstante, esta moda de utilizar a la Premier League como paraíso fiscal tuvo un pionero: Roman Abramovich. Este magnate ruso, haciendo honor a la reputación de los millonarios de aquel país que implica la imposibilidad absoluta de justificar sus riquezas (tómese como ejemplo a empresarios como Maglocevich o Ziskhov, líderes económicos en la Rusia de la guerra fria), adquirió Chelsea Football Club a mediados del 2.003 junto al FC Moscu de su país natal. Abramovich invirtió en una increíble cantidad de jugadores de primer nivel con exorbitantes contratos (Wayne Bridge, Ricardo Carvalho, Geremi, Joe Cole, Didier Drogba, Michael Ballack, y tantos otros) apostando a ganar varias Ligas consecutivas coronando su reinado con la obtención de la Champions Legue mientras su dinero recorría el camino de la oscuridad a la luz. Pero sus planes deportivos no resultaron como él lo había planeado. Los reiterados fracasos en la Champions League, que se traducen en pérdidas millonarias, y la oportuna crisis económica mundial utilizada hábilmente como cortina de humo, facilitarán la salida anunciada del magnate dejando como legado compromisos de pago y contratos imposibles de afrontar para cualquier sociedad anónima terrenal.
Hasta ahora solo analizamos hechos y acontecimientos que generan una sola pregunta, ¿hasta cuando sostendrán estos magnates a los clubes de futbol antes mencionados?. Esta incógnita hace imaginar una respuesta que ningún amante del futbol quiere escuchar pero que tan bien conoce: hasta que no sea más negocio. Resulta justo dentro de un mercado como lo es el futbol británico, donde los clubes son sociedades anónimas, y también resulta justo cuando todo esto ocurre delante de las narices y con la aprobación de los fanáticos quienes aplauden las incorporaciones millonarias de Robinho o Kaka sin preguntarse el “¿Cómo?”. Entonces, también resultaría justo ver consecuencias tan terribles como clubes quebrados a punto de la desaparición como lo es actualmente el Leeds United, Parma de Italia o hace pocos meses Racing Club en Argentina.
Pero no resultaría justo si se determinan y dictaminan límites legales impulsados por los estados, sostenidos por las federaciones de futbol y apoyados a viva voz por los fanáticos y amantes del futbol. También resulta una utopía soñar con esto, ya que el futbol es un gigantesco negocio para los países, federaciones y magnates de todo el mundo ávidos por multiplicar sus riquezas y legitimar su manchado dinero. Como siempre, el amante del futbol solo es un espectador de lujo con un lugar asegurado en primera fila para el velorio del club de sus amores.

¿EMIGRAR A DONDE?

El sueño de todo joven que se inicia en el carnívoro mundo del futbol consiste en dos simples pasos: a) jugar en el primer equipo del club de sus amores, o en su defecto, en el que primero lo admita; y b) dar el gran salto a Europa. Aquí es donde emerge la gran duda, la incógnita de la semana, el más profundo intríngulis…¿A qué país del viejo continente me conviene ir?, ¿es mejor quedarse en el club para adquirir más experiencia o se aplica la “Gran Montenegro” y paseamos por Europa para terminar volviendo a la casita de los viejos?. A continuación, explicaremos, con argumentos sólidos y concretos, que es lo que le conviene hacer a un joven jugador de gran potencial.
En la convulsión periodística que provocó el Lanús campeón de Ramón Cabrero, pudimos escuchar a una de sus figuras, Diego Valeri, quien en una entrevista sostuvo que no estaba interesado en ir a jugar a Europa aun porque todavía quería ganar más experiencia en el futbol local y viajar con condiciones consolidadas. Por más obvia que resulte esta declaración desde el razonamiento, el 99% de los casos indican lo contrario. Los dichos del talentoso volante de Lanús dejaron en evidencia las expectativas del resto de sus colegas: jugar en el futbol más desconocido y mediocre de la tierra pero que le paguen en dólares o euros. ¿Cuánto terreno en el campo futbolístico perdió Mauro Zarate al dejar Vélez Sarsfield por un ignoto club de Emiratos Árabes Unidos?. Evidentemente mucho ya que hoy se desempeña en un club como Lazio de Italia que supo ser un gigante y hoy es un monstruo que apenas camina. Otros casos de transferencias precoces pueden ser los de Cristian Ansaldi y Bruno Uribarri. Ambos laterales por izquierda, el primero de Newell´s y el segundo de Boca Juniors, siguieron el irresistible aroma de los Euros como el burro persigue a la zanahoria y dejaron de potenciarse futbolísticamente para viajar a miles de kilómetros de distancia, alejarse del panorama deportivo mundial y llenarse los bolsillos, para luego, quizás, volver porque “extrañaban el asado” o por “no adaptarse al idioma”. Me atrevo a adelantarme a los hechos pero es un riesgo que hay que correr cuando se está seguro de lo que uno plantea.
Este fenómeno también se aplica a los directores técnicos, por ejemplo, Enzo Trossero, actual estrella del futbol árabe e ídolo en el competitivo futbol centroamericano, dijo una vez que la pasaba mal en Suiza cuando era DT de la selección de aquel país porque los comercios cerraban a las seis de la tarde. Recomendamos desde este humilde espacio que alguien le explique el concepto de “sacrificio” al ex técnico de Independiente. Otro caso, Carlos Bianchi, dos oportunidades en dos culturas diferentes y dos fracasos. Quizás no se adaptó al idioma como le ocurrió a Leonel Ríos en su paso por España.
No obstante, un caso digno de resaltar es el de Facundo Sava. Por medio de fuentes que exigieron reservar su identidad, sabemos que el ex delantero de Arsenal y Racing, entre otros, reconoció el haber resignado sus aspiraciones deportivas en pro del dinero al aceptar, a veces con gusto para poder disfrutar los domingos con su familia, ocupar permanentemente un lugar en la platea. Ni siquiera en el banco de suplentes. También el caso de Sebastián Pascual Rambert, quien luego e haber sido goleador con Independiente en 1994 fue enceguecido por las luces del Internazionale de Milan. Viajo en el mismo avión con Javier Zanetti, otra compra del equipo italiano. No hace falta decir quien se quedo y quien volvió.
Entonces, ¿A dónde tiene que emigrar un profesional?. La respuesta es sencilla: a donde pueda jugar, donde le den el lugar que él se ganó con sacrificio en su país, donde se pueda mostrar para luego ocupar un lugar en la selección nacional. Las jóvenes promesas deberían fijar su atención y analizar los casos de fiascos del mercado europeo como Daniel Montenegro (Olympique de Marsellas, Numancia y algún rejuntado ruso) quien no trajo consigo ningún título pero si muchas fotos, Sebastián W. Abreu (Deportivo La Coruña y Real Sociedad – por ahora -), Joaquín Larrivey, Julio Cesar Cáceres, Raúl Alfredo Cascini (no se fue joven al Toulouse de Francia pero igual fracasó rotundamente), Ariel Arnaldo Ortega (Sampdoria, Parma, Valencia y Galatasaray) y tantos otros. Y dependiendo del grado en sus aspiraciones personales, el futbolista argentino promedio preferirá emigrar a un futbol donde lo reciban con flores y la 10 para el, donde lo dejen entrenar cuando tenga ganas y tiempo, donde mande él y no el técnico, en definitiva donde no se considere al futbol como un deporte profesional.
La última variable a tener en cuenta en este negocio son los intermediarios. Raza indeseable en el ecosistema del futbol, aquellos personajes aprovechan los deseos del joven futbolista de jugar en Europa junto a las necesidades económicas de su familia para llevarlos a latitudes impensadas o a equipos inverosímiles solo para engrosar sus cuentas bancarias personales. Qué razón tenía Diego Valeri…lástima que a los nefastos e indeseables intermediarios no les conviene esta filosofía.
Finalmente, llegamos a la conclusión que los equipos europeos suelen equivocarse en sus compras, los futbolistas suelen apurarse en emigrar y que todo lo planteado es inevitable porque obedece a un negocio millonario basado en la mera transferencia sin importar de quien se trate.